
Seguro que has sentido presión en algún momento, ya sea por el trabajo o por alguna situación de índole personal. Pues imagínate cómo estará Ford al ser consciente de que el Kuga es su único SUV de combustión para los segmentos C y D. Muchos clientes descartan de antemano el Explorer y el Capri por ser eléctricos, así que nuestro protagonista tiene que lidiar solo con decenas de rivales, incluidos los nuevos chinos.
Para incrementar su exclusividad (y su rentabilidad), el Kuga ofrece el Black Package, un paquete disponible para todos los motores y vinculado al acabado ST-Line X, que refuerza la imagen deportiva del vehículo fabricado en Almussafes (Valencia). Nosotros lo hemos probado con el tren motriz híbrido enchufable (etiqueta 0).
El Ford Kuga Black Package PHEV, en cinco puntos clave:
- Diseño
- Interior
- Mecánica
- En marcha
- Equipamiento y precio
Galería: Ford Kuga PHEV Black Package 2025, prueba
Diseño
El restyling de la tercera generación del Kuga tiene la virtud de lucir bastante diferente en función del acabado. Así las cosas, el nivel ST-Line X trae consigo un pequeño splitter, así como un paragolpes trasero y un difusor exclusivos. Además, el Black Package viene con elementos en negro (cubiertas de los retrovisores, detalles del frontal, llantas de 20 pulgadas...), así como con pinzas de freno rojas.
Los faros son Full LED y quedan unidos con una tira luminosa. Tampoco faltan como elementos deportivos los cristales oscurecidos ni una bonita doble salida de escape a la vista (¡aprende, Grupo Volkswagen!). Todo, en un vehículo que mide 4,62 metros de longitud, por lo que se integra de forma inteligente entre los SUV compactos y los de tamaño medio.
¿Puntos curiosos? Al más puro estilo Skoda, hay protectores de las puertas que surgen al abrirlas para no dañarlas al impactar contra columnas, paredes u otros coches. Por su parte, las manillas muestran un sonido algo endeble, como los de muchas marcas japonesas.
El punto de carga se encuentra en el lateral izquierdo, junto al paso de rueda delantero, y alimenta una batería con 10,7 kWh de capacidad neta, capaz de otorgar 69 km de autonomía sin emisiones (yo hice 52 entre circunvalación M-40 y autovía). Sólo se puede cargar en corriente alterna y está lista en tres horas y 30 minutos, aproximadamente, a 3,7 kW. Son datos más flojos que los que ofrecen los nuevos PHEV del Grupo Volkswagen o los de marcas chinas.
Interior
El sobrio habitáculo también queda personalizado con el paquete Black: asientos deportivos en cuero y Alcantara (no sujetan especialmente el cuerpo, tienen pespuntes rojos y están en una posición elevada), pedales acabados en aluminio y sistema de sonido B&O con diez altavoces, principalmente.
La instrumentación digital configurable llega a las 12,3 pulgadas, mientras que la pantalla táctil central es aún más grande, con 13,2 pulgadas. No hay mandos físicos para la climatización, aunque si comandos digitales fáciles de usar, ciertamente. El sistema multimedia SYNC 4 incluye vinculación inalámbrica para Android Auto y Apple CarPlay, y el navegador viene de serie.
Me gustan los apoyos blandos instalados donde el conductor suele tener la rodilla derecha y el codo izquierdo. En cambio, he echado en falta unas levas para jugar con la intensidad de la frenada regenerativa, función que se puede realizar con el modo L de la ruleta central. Asimismo, el Head-up Display emplea una desfasada pantalla de policarbonato (no se proyecta la información directamente sobre el parabrisas).
La segunda fila de asientos sólo puede calificarse como magnífica porque hay mucho espacio y los asientos (opcionalmente calefactados) cuentan con regulación longitudinal e inclinación variable del respaldo. El mullido de la plaza central es más blando de lo habitual, lo que aumenta el confort, aunque no hay un climatizador de tres zonas, sino sólo salidas de aire.
Al tratarse de un PHEV, el maletero pierde algo de capacidad, pero no mucha. En lugar de 412 litros, se queda en 395, aunque se puede ampliar a 536 litros si desplazamos hacia adelante los asientos traseros. Ese volumen 'justito' se explica por la integración de una rueda de repuesto de emergencia en el doble fondo, que deja sin hueco a los cables de carga (tienen que ir 'en superficie'). En cualquier caso, a efectos prácticos, me parece un maletero bastante aprovechable.
Además, se puede incluir una práctica alfombrilla, que es de goma por uno de sus lados para poder meter botas sucias, por ejemplo, y después lavarla fácilmente con una bayeta mojada. La bandeja cubremaletero es muy endeble (como la de algunos Toyota, por ejemplo, el Yaris Cross), mientras que el portón trasero tiene accionamiento tipo manos libres.
Mecánica
Frente a los superhibridos chinos, el Ford Kuga PHEV presenta un esquema técnico muy parecido al del Toyota RAV4: motor atmosférico de gasolina con 2,5 litros (aquí entrega 155 CV), mecánica eléctrica (132 CV) y transmisión automática con variador continuo CVT. En total, entrega 243 CV, una cifra intermedia entre los C-SUV y D-SUV híbridos enchufables.
Además de los tradicionales modos Eco, Normal, Deportivo o Resbaladizo, el conductor también dispone de los programas EV Ahora (fuerza el uso exclusivo del motor eléctrico si hay carga), EV Más Tarde (guarda carga de la batería) y EV Automático. Tanto en la instrumentación como en la pantalla central podemos ver de forma clara el tipo de propulsión en tiempo real.
Lo que no se ve a simple vista (hay que buscarlo en el ordenador de a bordo) es el nivel de la batería, aunque sí aparece siempre el número de kilómetros eléctricos que restan. En materia de prestaciones, el coche hace el 0 a 100 en 7,3 segundos (nada mal) y alcanza los 200 km/h. El depósito de gasolina, con 43 litros, no es muy grande.
En cuanto al consumo, he reseteado el ordenador de a bordo al agotarse la batería y, en modo híbrido, he establecido una media de 6 litros cada 100 km. La cifra más alta que he visto ha sido de 9,5 litros al coronar un puerto de montaña, mientras que en autopista/autovía el gasto suele estar en el entorno de los 7 litros. En el resto de escenarios (secundarias y ciudad), el consumo puede ser muy bajo.
La transmisión CVT pasa muy desapercibida y es realmente sedosa, salvo en adelantamientos, pues mantiene revolucionado el motor durante unos segundos. Eso sí, el ruido que llega al interior está bastante más filtrado que en los Toyota híbridos y PHEV con la caja e-CVT.
En marcha
En su día, te informamos de que el Kuga adopta un eje torsional en las versiones de tracción delantera (FWD), mientras que los tracción total AWD mantienen el esquema multibrazo. Pese a ello, el PHEV 4x2 saca una buena nota en el apartado dinámico, cómo no, al ser un Ford.
Es importante destacar que con los acabados de aspecto deportivo, la suspensión varía y resulta más firme, hasta el punto de que puede cansar o incomodar si en ciudad superamos muchos 'guardias tumbados' a diario o nos toca transitar habitualmente por firmes muy irregulares. Si el piso está en buen estado, todo son ventajas, porque el coche se mueve entre curvas con bastante presteza.
La dirección, algo sobreasistida, tiene un tacto directo y, de hecho, el coche gira poco al aparcar. Por su parte, el tacto del pedal del freno tiene, inicialmente, poco mordiente, pero más abajo sí ofrece el grado de firmeza necesario.
Como es habitual en los PHEV de gama media, para adelantar, hay que 'forzar algo más la máquina' (apretar más el acelerador) que si tuviéramos esos 243 CV en un motor puro de gasolina o en uno diésel, pero la respuesta general es buena.
Dos curiosidades: el retrovisor del lado del conductor ofrece una visión más cercana de la real y al pasar a una Zona de Bajas Emisiones, el asistente de voz lo avisa y se activa automáticamente el programa Eco.
Equipamiento y precio
Además de todo lo citado, el Kuga Black Package viene con cámaras de visión panorámica 360º, base de carga inalámbrica para smartphones, asientos delanteros con regulación eléctrica y certificación AGR, cristales acústicos delanteros, mantenimiento de carril, control del ángulo muerto o crucero adaptativo con función Stop & Go.
El precio al contado del Kuga PHEV ST-Line X llega a los 49.464 euros, sin contar el punto de carga ni la instalación, ni tampoco el posible descuento por el Plan MOVES III (2.500 euros sin entregar un vehículo antiguo para achatarrar y 5.000 entregándolo), aunque esta ayuda, que luego hay que tributar, está agotada en algunas Comunidades Autónomas.
Por su parte, el Black Package tiene un coste en el entorno de los 1.000 euros, así que el montante total llega a los 50.500 euros aproximadamente. La gama Kuga comienza en 37.196 euros con el motor de gasolina 1.5 EcoBoost de 150 CV, la caja manual de seis marchas y el acabado Titanium.
Ford Kuga Black Package 2.5 PHEV 243 CV