En mayo de 1988, Opel lanzó por primera vez al mercado el deportivo Corsa GSi. Sólo estaba disponible con carrocería de dos puertas y tenía un motor OHC de 1,6 litros. La primera versión estaba equipada con la inyección L3-Jetronic (E16SE) y entregaba 100 CV y 135 Nm de par máximo a 3.400 rpm.
Un pequeño y salvaje Opel, con el apellido GSi; una abreviatura que ya había causado revuelo con el Kadett y el Manta, en el momento en el que la compañía quería contrarrestar al Ford Fiesta XR2 y otros modelos similares.
En el mercado alemán, Opel ofreció una versión catalizada a partir de 1989, que entregaba 98 CV y 132 Nm. Y para la exportación, por ejemplo a Suiza, el Corsa GSi también estaba disponible con una versión más 'descafeinada', con 75 CV.
Con el modelo de 1989, el Corsa GSi recibió una revisión completa. Bajo el capó se adoptaba un motor de 1,6 litros con inyección LE-Jetronic de Bosch, controlada electrónicamente, también con 100 CV.
El chasis y los frenos se adaptaron al aumento de las prestaciones para garantizar un comportamiento equilibrado. Y visualmente, los paragolpes, los retrovisores exteriores y el spoiler delantero estaban pintados en el color de la carrocería, mientras que la parrilla del radiador lucía la inscripción GSi en el centro.
En la parte trasera, este pequeño deportivo destacaba por su spoiler de techo adicional y un panel embellecedor negro que conectaba visualmente los pilotos.
Opel Corsa GSi (1989)
En el interior, los asientos deportivos con tapicería de tela especial, el volante de tres radios y el cuadro de instrumentos con cuentarrevoluciones, indicador de presión de aceite y voltímetro acentuaban el aspecto deportivo.
A partir de octubre de 1989, el catalizador se montó de serie en todas las versiones del Corsa GSi, independientemente del mercado, con 98 CV de potencia. Todo, en un modelo con 3,62 metros de largo y sólo 1,53 metros de ancho, con llantas de 14 pulgadas, que ofrecía todo lo necesario para ser feliz al volante.