
No es sólo una cuestión de diseño. Cuando el logotipo de un coche se ilumina, se activa una firma, casi un código de reconocimiento instantáneo. En un panorama abarrotado de formas similares (nos referimos a los SUV) y de vehículos sin parrillas tradicionales, la luz se convierte en una nueva identidad.
No es casualidad que quienes impulsan esta tendencia sean sobre todo las marcas de coches eléctricos, para las cuales el reconocimiento ya no pasa por los motores o la tradición, sino por lo que llama inmediatamente la atención. Desde luego, un logo retroiluminado se hace notar en el tráfico, los estacionamientos y las ciudades de noche.
De los despachos a los coches
Durante años, los reglamentos europeos prohibían la iluminación directa del logotipo, al considerarla potencialmente engañosa para otros usuarios de la carretera.
Lo que desbloqueó la situación fue la actualización de los reglamentos UN/ECE R48, R148 y R149, que entraron en vigor en 2019: hoy es posible iluminar el logotipo de forma estática, siempre que sea claramente identificable, no parpadeante, no deslumbrante y colocado dentro de áreas permitidas, es decir, centrales, a una altura homologada y con luz blanca delante y roja detrás.
En efecto, hoy se pueden homologar logos retroiluminados también en la parte trasera, pero sólo si son rojos y van integrados en las luces de posición. Nada móvil, dinámico o de colores variables, al menos por ahora. Pero algunos coches conceptuales, como el BMW i Vision Dee, ya han anticipado un futuro hecho de pantallas comunicativas, donde el logotipo se fusiona con elementos visuales activos.
BMW iX3
Volkswagen Golf GTI 50 Aniversario
Marcas que realmente brillan
Entre los pioneros encontramos a BMW, que ofrece logos iluminados en varios modelos X e iX, y Mercedes-Benz, que ha llevado el emblema retroiluminado de la estrella a diversas versiones AMG y EQ. En el Grupo Volkswagen destacan los ID.4 e ID.5, pero también algunas versiones del Golf, con logo blanco luminoso central y barra LED frontal, así como el CUPRA Tavascan, que también añade triángulos LED con luz.
Pero las marcas más audaces son las chinas y las de coches sin emisiones, que utilizan juegos de luces de varios tipos. Hay que decir que la necesaria compatibilidad con la legislación internacional ha reducido los modelos que tienen el logotipo frontal iluminado en nuestro continente. Entre ellos, la gran berlina Xpeng P7 tiene el logo en el capó que se enciende con mucha discreción, paralelamente a los numerosos LED en el frontal y en la trasera, que crean elegantes juegos de luces.
Sin embargo, si se observa un salón del automóvil chino, encontramos muchos coches con logos iluminados: Mazda, Nissan, los AUDI (sí, con mayúsculas) para el mercado local, y obviamente los productos nacionales, como vehículos y prototipos de gigantes como BYD o Geely.
Más allá de las dimensiones: cuestión de presencia
Antes de la llegada de esta tendencia, hubo otra: los logotipos cada vez más grandes. El aumento de las superficies frontales y la pérdida de la parrilla llevaron a las marcas a exagerar la escala del emblema, como en el Kia EV9 y el Hyundai IONIQ 6. Pero estos logos son tradicionales: es con la luz cuando el logo ha encontrado su verdadera 'voz' visual.
CUPRA Tavascan
Renault 4 E-Tech
Iluminar el logo significa darle presencia, relevancia instantánea y un valor escénico que se convierte en identificativo incluso a distancia. En el futuro, se espera la llegada de logos dinámicos, pantallas OLED frontales o elementos capaces de cambiar de forma o color según el modo de conducción o el estado del vehículo. El logo ya no será solo un símbolo, sino un comunicador luminoso activo.