Electrificación, escala industrial, tiempos de desarrollo cada vez más reducidos: en la industria europea del automóvil cada vez vamos menos solos. Las alianzas o asociaciones, como se las llama, ya no son una elección estratégica opcional, sino una condición necesaria para seguir siendo competitivos, sobre todo cuando se trata de plataformas eléctricas, software y producción. El acuerdo anunciado por el Grupo Renault y Ford se inscribe en este contexto,
Una colaboración que dice mucho no sólo del presente, sino sobre todo del futuro de la industria automovilística en Europa, especialmente la del óvalo azul, que últimamente anda un poco escaso de coches en Europa. Esta asociación entre el Grupo Renault y Ford es una confirmación más de la tendencia, ya irreversible, según la cual en la industria europea del automóvil las plataformas compartidas se convierten en la base sobre la que construir identidades diferentes, mientras que las alianzas industriales se multiplican para reducir riesgos y costes.
Dos coches eléctricos Ford
El acuerdo incluye el desarrollo de dos coches eléctricos de la marca Ford basados en la plataforma Ampere del Grupo Renault, una arquitectura probada y diseñada nativamente para la energía eléctrica. Los modelos serán diseñados por Ford, desarrollados conjuntamente con Renault y producidos en el norte de Francia, en el centro industrial ElectriCity de Ampere.
Gama de vehículos eléctricos Ford
El debut comercial está previsto para principios de 2028 y representa la primera fase de la nueva ofensiva eléctrica de Ford en el mercado europeo. Pero también nos dice que, como insinuó a Motor1.com el nuevo CEO italiano de Ford, Marco Buraglio, la firma del óvalo azul también está volviendo su atención a los productos industriales endotérmicos o multienergía, dejando los eléctricos para alianzas y asociaciones más convenientes.
Necesitamos alianzas o nos la jugamos
El mensaje, sin embargo, es claro: para hacer frente a un mercado en rápida evolución, con márgenes bajo presión e inversiones muy elevadas, es necesario poner en común tecnologías, procesos y capacidades industriales. Renault pone sobre la mesa la competitividad de su plataforma eléctrica, su ecosistema de producción y el saber hacer adquirido en los últimos años.
Por su parte, Ford puede explotar la dinámica de conducción, una identidad de marca reconocible y, como se ha visto en los últimos años, una cierta competitividad en precios. Una sinergia que debería apuntar a reducir los costes, acelerar los plazos de comercialización y hacer sostenible la transición eléctrica en Europa, desde un punto de vista industrial y económico, a la espera de políticas e incentivos estructurales más "razonables".
Por supuesto, también se habla de furgonetas
Además de los turismos, el acuerdo también abre una posible colaboración en vehículos comerciales ligeros. Las dos empresas han firmado una carta de intenciones para evaluar el desarrollo y la producción conjunta de algunos vehículos comerciales ligeros para las marcas Renault y Ford. También en este caso, el razonamiento se ajusta perfectamente a la dinámica actual del sector: las furgonetas eléctricas requieren plataformas específicas, volúmenes adecuados y una fuerte integración entre producto y servicios. Hacerlo solo es cada vez más complicado.
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Y es precisamente en el frente de los vehículos comerciales donde surge un elemento interesante para Ford. El fabricante de Dearborn ya está vinculado a Volkswagen por una alianza industrial que ha generado, entre otros, el nuevo Transporter (de Transit Custom), así como modelos electrificados basados en la plataforma MEB (Transit connect/VW Caddy). Una importante alianza que iba a ser un pilar de la estrategia europea de furgonetas de Ford.
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¿Y la alianza con Volkswagen?
La posible apertura hacia Renault plantea, por tanto, una pregunta legítima: ¿la alianza con Volkswagen en vehículos comerciales va realmente según lo previsto? ¿O siente Ford la necesidad de mantener abiertas más vías, diversificando sus socios para hacer frente a un mercado cada vez más complejo y fragmentado?
La carta de intenciones con Renault no es todavía un acuerdo operativo, pero indica claramente que Ford está considerando cuidadosamente todas las opciones para reforzar su presencia en el segmento europeo de vehículos industriales ligeros.