Todos conocemos el Viper. Sin embargo, pocos saben que, en 1997, la marca estadounidense Dodge presentó al público del Salón de Detroit un prototipo diseñado para evaluar el interés que tendría un deportivo ligeramente más accesible.
Así nació el Dodge Copperhead, cuyo nombre hace referencia a otra serpiente venenosa, el Agkistrodon contortrix, que se encuentra en el noreste de América del Norte.
Inspirado en la naturaleza
Presentado en 1997, el concept car tomaba la inspiración de la serpiente, de la cual también derivaba el color exterior. Se trataba de un particular naranja cobrizo iridiscente con reflejos amarillos, logrado mediante un proceso complejo que requirió nada menos que 36 capas de pintura.
Las referencias estéticas al Viper eran numerosas, especialmente en la parte trasera, donde destacaban los pilotos en forma de gota. En la parte delantera, los faros elipsoidales también se parecían a los de su 'hermano' mayor y el paragolpes estaba dividido en cuatro partes por dos listones dispuestos en cruz.
Las llantas eran de 18 pulgadas en la parte delantera y de 20 en la trasera, dimensiones acentuadas por los pasos de rueda pronunciados. Estos detalles, junto con el centro de gravedad muy bajo, subrayaban su vocación deportiva, confirmada por el motor V6 de 2,7 litros y 220 CV.
En el interior, la referencia a la serpiente resultaba aún más evidente gracias a los asientos revestidos con un motivo de escamas de reptil, aunque lamentablemente no existen fotos disponibles para verlos.
Un nombre desafortunado
La presentación del Copperhead fue un éxito: el público quedó entusiasmado y Dodge tenía planes de producirlo en serie. Sin embargo, ocurrió un imprevisto: otra empresa automovilística ya había registrado el nombre 'Copperhead' para su propio vehículo.
Para evitar problemas legales, el grupo DaimlerChrysler, propietario de la marca Dodge, decidió primero congelar cualquier proyecto relacionado con el coche y luego abandonarlo definitivamente. Así, el roadster quedó como un prototipo, destinado a vivir sólo en la memoria de los entusiastas.